ATER no nació para seguir moldes, ni para contentar a todo el mundo.
Nació para quienes entienden que el estilo no es una tendencia, es una actitud.
Detrás de cada pieza estoy yo, Arantza.
Durante años viví en un mundo donde todo estaba escrito: leyes, códigos, horarios.
Hasta que un día, por razones que solo la vida entiende, decidí dejar el traje y agarrar el cordón. Pero no uno cualquiera. Uno fabricado para sostener cuerpos en el aire, resistir tormentas y salvar vidas.
Ese cordón se llama Paracord, y como yo, reinventó su propósito.

